Mientras el humo baja por mi garganta y roza
mis pulmones veo colores y formas que no había visto hace un tiempo. Los veo
bailar y mi cuerpo pide bailar con ellos.
La vida parece un poco menos monótona y un poco
menos tediosa, por que al fin del día no me preocupa como pagaré las cuentas,
que comeré, por que veo las cosas pasar tan lento que me dejo llevar por estos
nuevos pensamientos que atacan mi cerebro y lo llenan de un humo amarillo,
azul, morado, y unos cuantos colores más que no puedo dilucidar.
De repente caigo en cuenta que nada es real,
que mi cerebro me juega trucos y pienso, un tequila, un ron, un pisco y nada
será aburrido, solo necesito pasar el tiempo, evitar las cosas que tengo que
hacer, por que hacer cosas que no quiero, pienso, por que debería seguir las
instrucciones de otros, no quiero eso, pienso.
Ahora solo quiero dormir,
los sueños me dan vida,
me dejan ser libre y sentir las cosas que la sociedad me prohíbe.
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