Carta para mi psiquiatra:

Parto diciendo (nuevamente) que no estoy loca.

Con ese punto aclarado, continuo explicando el porque he tenido que escribir está carta.

Hay cierta gente, que opina ciertas cosas, sobre mi persona, y la mayoría son ciertamente mentiras, falacias, calumnias infundadas. No creo que sea por envidia, no hay mucho que envidiar, ni por malicia, no creo en la maldad, creo simplemente por que vivo mi vida diferente, veo las cosas de una manera diferente, si eso es estar loca, bueno ¡lo estoy! No, espera, eso no… no estoy loca, eso lo dije al principio y lo mantengo.

Hay personas que no comprenden que una persona piensa diferente, o ve cosas donde los otros no ven nada (no es esquizofrenia, ni alucinaciones, me refiero a metafóricamente hablando), y así soy yo, veo cosas (¡no de verdad!) sino que… bueno, diferente, si creo que es esa la palabra. No es locura, es diferenciación. Si, eso debe ser.

Bueno, la cosa es, que no quiero más pastillas, y no quiero seguir hablando con gente loca y no quiero nada que me relacione a ese tipo de gente, soy diferente nada más y nada menos y se acabo el asunto y me retiro de está  habitación con mi frente en alto y mi monóculo bien puesto en el único ojo que tengo, y mi bastón en mano para no caerme y para verme más interesante aún. Ya, mi reloj me dice que es tarde y me grita desde mi bolsillo y si no me voy no se callará nunca.

Adiós.

Dibujo de Mary Blair.